martes, 28 de agosto de 2012

A Sangre Fría - Truman Capote


Calificación: 9 / 10

En 1959 un espantoso y frío crimen sacudió a la sociedad norteamericana; una querida y respetada familia, cuyos miembros eran vistos con admiración y cariño, había sido brutalmente asesinada en Holcomb, estado de Kansas. Esta historia recorrió los diarios de todo el país, llegando a manos de un joven escritor llamado Truman Capote, quien de inmediato se sintió perturbado con el lamentable y extraño suceso.    

Familia Clutter

Cuando Truman oyó sobre los Clutter, ya tenía en su haber unas cuantas obras que le habían otorgado reconocimiento y prestigio como escritor, sin embargo aún no lograba consagrar ningún escrito suyo como obra maestra de la literatura universal. El misterioso asesinato lo motivó a iniciar una larga y exhaustiva investigación con la que pretendía demostrar al mundo que la realidad podía ser tan llamativa e intrigante como la ficción, dando inicio a su magistral libro ‘A Sangre Fría’ y creando, de paso, un nuevo género literario conocido como Novela No
Ficción

El escrito, que en sí mismo es una narración periodística bastante objetiva -dentro de los límites en que se puede ser objetivo hablando de sentimientos y sensaciones-  se trata de una reconstrucción, no sólo del crimen, sino de los últimos días de vida de los cuatro miembros de esta infortunada familia. Los testimonios de sus vecinos, amigos y asesinos, se convierten en la clave que consigue otorgar una clara visión de cada suceso que Truman fue descubriendo poco a poco con el paso de los años. 

Muchos afirman que el peculiar escritor se adentró tanto en su investigación, que terminó obsesionandose  y estableciendo fuertes vínculos con los ciudadanos de Holcomb, pero sobre todo con los dos únicos protagonistas de esta historia que aún vivían: los asesinos.

‘A Sangre Fría’, entonces, no se presenta como una narración indignada de una muerte aterradora, tampoco pretende juzgar y condenar a los dos responsables de este hecho. En cambio realiza una completa humanización de sus personajes, exponiendo página tras página la realidad de que todos los seres humanos tenemos nuestras razones o motivaciones para actuar de cierta forma. Vale la pena resaltar que Capote tampoco intenta justificar el acto que acabó con la vida de los Clutter, pero si procura hacer entender que para bien o para mal, cada acción realizada por los asesinos fue el resultado de un largo camino recorrido, de una trágica existencia que los condujo a tal punto. 

No es raro que precisamente Truman Capote haya decidido indagar en el pasado de sus personajes y encontrar los resquicios de una historia repleta de desgracias y sufrimientos. Este autor conocía más que nadie lo que era la desesperación y el dolor, pues desde su infancia siempre se sintió aislado, primero por sus padres y luego por una sociedad que juzgaba altamente  tres de las cuatro características con las que él mismo se definía: “Soy alcohólico, soy drogadicto, soy homosexual”. 

La novela está narrada en tercera persona y es absoluta y acertadamente descriptiva, hace que en determinado punto nos olvidemos que alguien está contándonos la historia y empecemos, sin más, a vivirla… a sentirla. La forma detallada y minuciosa con que Truman logra perfilar a sus personajes y reconstruir sus vidas, logra que lleguemos a sentir que, como él, los conocemos demasiado bien, como si hubiéramos estado presentes en cada suceso y en cada momento definitivo. Ya el autor habría dicho en alguna oportunidad que sentía que conocía a uno de los asesinos (con el que creó una estrecha relación) más que a sí mismo. 

Truman Capote
Más que el relato de un crimen, ‘A Sangre Fría’ es una sutil invitación para entender que los factores sociales son determinantes en la construcción de seres humanos, para dejar de juzgar desde afuera y tratar de comprender los sentimientos más recónditos que motivan una acción. En conclusión se trata de una obra que no deja indiferente a quien se atreve a leerla, a conocer la historia que narra aquella muerte, cuya mayor característica es que era innecesaria y absurda.  

Truman logró, con creces, aclarar que la realidad definitivamente es  más llamativa que la ficción y ¿por qué no? Más aterradora. De paso, también consiguió demostrarle al mundo entero que su cuarta característica era aún más importante que las primeras tres: “Soy alcohólico, soy drogadicto, soy homosexual… y soy un genio”. Absolutamente.